top of page
  • Foto del escritor: Joselin Barrios
    Joselin Barrios
  • 21 may 2019
  • 2 Min. de lectura

Desde niña me he esforzado por hacer todo lo mejor posible. Desde mis estudios hasta mis actividades extracurriculares.

Aunque pocas veces he logrado ser la mejor en algo, siempre he tenido buenos resultados en las actividades a las que le pongo empeño.

Ya de adulta la situación no ha cambiado, logro destacarme en lo que me propongo pero a pesar de los resultados, siento que no es suficiente y no merezco lo que he alcanzado.

Hace cuatro años cuando comencé a practicar yoga, me becaron para que me formara como instructora, al principio sentí que realmente tenía el potencial para dar clases de yoga por los comentarios que hacían los profesores de mí. Pero luego sentí un bajón de seguridad en mí que me hizo sentir como una impostora, que realmente no merecía esa beca. Comencé a pensar inconscientemente en las debilidades que me harían una mala instructora de yoga. Eso hizo que no me esforzara tanto en la formación y a pesar de eso la terminé y obtuve buenos resultados.

Con eso sentí que los estaba engañando, que ellos estaban equivocados conmigo y yo no era lo suficientemente buena para merecer lo que me estaba sucediendo. Y me preguntaba ¿Cómo tantas personas pueden tener una opinión tan errada sobre mí? Y con el tiempo entendí que yo era la que estaba equivocada con mi propia percepción. Me subestimé demasiado y aún lo hago sin querer.

A principios del año pasado leí una publicación de FUNDADORAS, una escuela de negocios en Chile, en la que brevemente hablaban sobre el “Síndrome de la impostora” que consiste en la incapacidad de reconocimiento de logros, basándose en creer que hemos engañado a la sociedad con éxitos que no merecemos, temiendo a que crean además que somos un fraude. Cuando en realidad no es así.

Yo, me he sentido muchas veces como una impostora. Y es porque dentro de mi hay una vocecita que me sabotea, comparándome con otros y haciéndome creer que haga lo que haga en merezco alcanzar el éxito.

Desde que supe de ese síndrome, me he enfocado en hacerle la guerra a la verdadera impostora que es esa vocecita saboteadora. Lo hago reconociendo objetivamente mis logros y mi esfuerzo. Siendo consciente de que tengo debilidades, pero también tengo fortalezas y son ellas las que hacen que hoy en día esté donde esté.

Me centro en mis cualidades y busco la forma de sacarle el provecho sin avergonzarme por lo que otras personas puedan pensar. Tomo referencias de personas exitosas en mi entorno para inspirarme y no para compararme. Acepto los elogios y cumplidos que me dan con humildad y sensación de mérito.

Sé que a muchas personas le pasa mismo y algunas caen en depresión, saber que este síndrome existe me ha ayudado mucho, igual considero que en algunos casos cuando no se pueda sobrellevar es necesaria la ayuda de un psicólogo o terapeuta.

Espero que si tienes un impostor o impostora en tu cabeza, puedas decirle adiós y disfrutar tus triunfos y éxitos como mereces.


Gracias por leer este post, si te gustó ¡Compártelo!

  • Foto del escritor: Joselin Barrios
    Joselin Barrios
  • 18 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

Desde que me fui de Venezuela, muchas de mis seguidoras me han escrito para preguntarme sobre donde realicé mis cursos y donde compraba los materiales. Nunca he sido celosa al momento de dar el dato sobre mis proveedores, considero que cada persona tiene su esencia y con los mismos materiales puede hacer una pieza única, solo hay que dejar volar la creatividad.

Venezuela está pasando por uno de los momentos más difíciles de su historia. La Venezuela que deje hace un año y tres meses no es la misma de ahora. Sin embargo aún quedan personas que frente a la adversidad, quieren emprender.


En esta oportunidad les daré la información de lugares en donde compraba material y donde realicé cursos. Tal vez alguno de estos lugares ya no exista, pero sin duda es una referencia para comenzar buscar proveedores y aprender nuevas cosas.


CURSOS Y TALLERES.

Realicé pocos cursos y talleres en Caracas, soy un poco autodidacta; con ensayo y error he aprendido gran parte de lo que sé. Pero en el área de orfebrería si tome clases, pues ese arte requiere conocimientos y técnicas más complejas, las clases las tomé en:


Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz-Diez ubicado en la Av. Bolívar a la altura de Parque Carabobo, allí realicé un curso de alambrismo en el año 2011 aproximadamente, sé que fue hace ya bastante tiempo y realmente desconozco si siguen haciendo ese tipo de cursos, pero de todas maneras una pasadita por ese museo no está demás.


Museo de Bellas Artes, aquí realicé dos cursos de orfebrería básica con Franhismel Angulo y Anderson Reverón. Entre el 2013 y 2015 aproximadamente. Se pueden dirigir al museo y preguntar por la dirección de educación y allí podrán informarles sobre la programación de talleres.


En el 2017 tuve clases personalizadas con un Orfebre que se llama José Pineda, actualmente se encuentra en Argentina. Si tienen la posibilidad de ver clases privadas con algún profesor háganlo, puede ser un poco costoso pero se aprende y se avanza muy rápido.


INSUMOS Y OTROS.

La materia prima del trabajo que estaba desempeñando con Kmille es el alambre TPC. Es un alambre de cobre recubierto en tonos dorados y plateados, vienen en varios calibres y son sencillos de trabajar. También empleaba dijes de Gold Field, diferentes cristales y piedras que conseguía en el centro de Caracas, excepto el alambre que lo traía de Maracay. Les hice una recopilación de los lugares que visitaba cuando hacia mis compras y que compraba en cada lugar según la conveniencia en precios y variedad de aquel momento.

ALAMBRES

- SinPar Joyas (Maracay) Instagram: @Sinparjoyas.ca


PIEDRAS Y CRISTALES

- Centro Comercial Alay. Av. Urdaneta a la altura de La Hoyada.

- Crystal Supply. Esquina Marrón a Cují, C.C. Las Mil y Una, Nivel 1, Local N°. 47 (Diagonal a la Wranger), La Hoyada.


DIJES, BROCHES, AROS, BASES DE ZARCILLOS

- Crystal Supply.


SERVICIO DE BAÑO DE ORO Y PLATA

- Lizmi. Av Urdaneta. Edif Cipriano Morales. Piso 5.

- Edificio La Previsora, cerca de la plaza Bolívar. Piso 5.


HERRAMIENTAS E INSUMOS DE ORFEBRERÍA

- Waimyl, Esq. Conde A Piñango Catedral. Capitolio.

- Rio grande. Av Guaicaipuro, Centro Metropolitano. Chacao.


FERIAS Y BAZARES

- Mercadito Nómada @MercaditoNomada

- Bazar creativo @Bazarcreativo231

- Eventos Polux @EventoPolux

- Cooperativa Cirila @Lacoopcirila1

- Bazares con estilo @BazaresEstilo


Con este artículo quiero apoyar a aquellas personas que quieran emprender en esta área para mejorar sus ingresos en Venezuela. Si tienes dudas puedes consultarme al correo o enviarme un mensaje directo al Instagram, con todo gusto estoy dispuesta a asesorar y enseñar lo que pueda a quien esté interesado.


Si tienes información de otros lugares donde se puedan realizar cursos, comprar insumos o algo parecido en Caracas u otras ciudades de Venezuela, déjalo en los comentarios para que otros lectores también lo vean.


Si te gustó esta publicación, házmelo saber con un like y compártelo para que llegue a más personas.


Gracias por pasarte por aquí.

Cariños, Joselin.



 
 
 
  • Foto del escritor: Joselin Barrios
    Joselin Barrios
  • 17 ene 2019
  • 3 Min. de lectura

Hace un año mi vida dio un giro rotundo, el objetivo por el cual estaba trabajando seis meses atrás dio sus frutos. Irme de Venezuela, no a pasear ni por turismo. Me fui de mi país buscando un sueño.


El sueño de vivir. Vivir sin miedo a caminar en la calle, el sueño de ir al supermercado buscando un kilo de arroz y encontrarlo, el sueño trabajar y sustentarme con la recompensa de ese trabajo, el sueño de encontrar una medicina para un familiar. El sueño de vivir una vida normal.


Los que me conocen saben que nunca quise irme de Venezuela, mientras otros solo pensaban en eso. Creía que las cosas podían cambiar y aún lo sigo creyendo pero sé que no será pronto. A pesar de la situación quería seguir trabajando por hacer un país. Pero me decepcioné y no soporte ver tanta injusticia.


Me fui de mi casa, sin tener una idea remota de cuando regresaría. Me despedí de mis padres y de mi hermano sin saber cuándo volvería verlos. Me fui, me fui y ha pasado un año sin aún saber cuándo voy a volver.


Podría nombrar a todas las personas, lugares y recuerdos que dejé en Venezuela pero no acabaría de escribir eso hoy. ¿Cómo resumir 24 años de vida en un texto? ¿Cómo explicarles lo que viví, sentí, lloré y reí en 100 líneas? Es una vida la que dejé para construir una de nuevo sin estar preparada para eso. En realidad nadie lo está y hoy en día son millones de venezolanos como yo, que lo dejaron todo por una vida mejor.


Estos doce meses han sido de pruebas y enseñanzas. No existe manual para emigrar y las experiencias de amigos que han pasado por lo mismo antes que yo, tampoco son referencia fiel de lo que se puede esperar. Sólo hay que hacerlo, confiar en Dios y esperar siempre lo mejor, porque lo peor está en todas partes.


Viajé doce días en ocho buses. Desde Caracas hasta Santiago. Jamás pensé que tendría la valentía de cruzar medio continente por tierra. Exponiéndome a situaciones que no imaginaba. Con poco dinero y con 2 sacos imaginarios: uno lleno de miedo y el otro lleno de coraje. El miedo que me mostró lo que podría vivir y el coraje que mostró lo que quería vivir. Pero que juntos conforman el equilibrio. Porque sin uno no existe el otro.


Lo que pasó en esos doce días lo escribiré en otra ocasión, pero seguro que lo escribiré.


Todo esto me llenó de orgullo porque fui capaz de hacer algo que veía en otros como una gran hazaña. Comenzar en un nuevo país totalmente desconocido. Con la cabeza gacha porque tenía que guardar mi título y lo que era en Venezuela para conseguir algún trabajo para mantenerme mientras mejoraba mi situación. Allí trabajé la humildad y la paciencia. No sabemos de lo que somos capaces hasta que las ganas se apoderan de nosotros y nos hace tomar decisiones importantes y arriesgadas.


Después de este año de transición puedo decir que tomé una buena decisión. He podido cumplir con uno de mis objetivos que es ayudar económicamente a mi familia y eso me da un poco de tranquilidad. Quisiera tenerlos conmigo pero es más complicado de lo que parece. Espero pronto estar con ellos.


Sin más que decir por ahora, a todas las personas que me ayudaron antes, durante y después de mi viaje ¡Gracias! Por darme ánimos, confianza, apoyo y cariño cuando más lo necesité.


Tú que me lees, seguro tu historia es parecida a la mía. Quiero conocerla, deja un comentario.


Si te gustó esta publicación, házmelo saber con un like y compártelo para que llegue a más personas.

Gracias por pasarte por aquí.


Cariños, Joselin.

  • Grey Instagram Icon
Instagram@Joselin_ba

© 2023 by Mucho Que Decir ​. Proudly created with Wix.com

bottom of page